Oraciones tradicionales Mercedarias


A DIOS CREADOR Y CONSERVADOR: Gracias te doy, oh Dios mío, porque me has dejado llegar al principio de este día, si es el enorme beneficio que me has hecho al crearme, no lo es menos conservándome con tu omnipo­tencia en el ser que me diste. Cada latido de mi corazón, cada aliento de mi pecho; es obra de tu poder. Si tú, Señor, no me sostuvieras, en esta noche con tu omnipotencia, dejaría de existir después de haber vislumbrado en la crea­ción tu infinita belleza. Muchos se acuestan sanos y amanecen muertos, pre­sentándose a tu tribunal sin preparación, sufriendo la más terrible sorpresa. Yo te agradezco con toda mi alma, el beneficio de un día más de vida, que quiero emplear en tu servicio. Bendito seas Dios mío, ya que has querido que vea de nuevo la luz del sol, y contemple las bellezas de la creación. Bendito seas porque eres bueno, porque me amas tanto, porque me colmas de beneficios, que jamás podrá agradecerte debidamente. Amén.

A NUESTRA SANTÍSIMA MADRE: Madre dulcísima de la Merced, heme aquí al principio de un nuevo día, en el cual quiero servir a tu hijo y agradarte a Ti. Tú eres el acueducto de las mercedes del Eterno. Haz que derrame sobre mi sus infinitas mercedes. No quiero riquezas, ni salud, ni amistades, ni éxito en las humanas empresas, si todas estas cosas han de ser obstáculo para tu amor, pero si, dame que te ame cada vez más, cada minuto, cada hora con más fervor, dame que sea cada vez más humilde, más casto, más devoto, más dado a la oración; dame que conozca las vanidades del mundo para que lo aborrezca. Madre mía querida, quiero ser tu hijo en este día, y mientras mi pecho aliente, pero hijo bueno, hijo digno de tal Madre. Amén.

CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN: Oh Señora mía, oh Madre mía: yo me ofrezco enteramente a ti, y en prueba de mi filial afecto, te consagro en este (a) día (tarde), (noche) y para siempre, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser, ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme, como cosa y posesión tuya. Amén

A NUESTRO PADRE FUNDADOR SAN PEDRO NOLASCO: Benditísimo fundador de la Orden Mercedaria, cuyo distintivo espiritual ha sido la caridad, ven en mi auxilio en este día, para que la más ardiente caridad en su doble as­pecto de amor al Dios y al prójimo, mueva mis pasos en este día. Haz que sea imitador tuyo en todos los actos de mi vida, la que ojalá se consuma en actos de amor a Dios y a mis semejantes. Amén.

AL SANTO ÁNGEL DE LA GUARDA: Ayo celestial, bajo cuya custodia me ha puesto el amorosísimo Dios, vela por mi este día y apártame de todos los peligros de alma y cuerpo. Guíame, Ángel santo, por el intrincado camino de la vida, cubierto de lazos para que no tenga la inmensa desgracia de caer en ellos, y cuando yo me tenga que ocupar de las necesidades del cuerpo, alaba al Señor en mi lugar, Ángel benditísimo, vela por mi este día, porque quisiera antes morir que pecar. Amén.

AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: Oh Jesús mío, por medio del corazón inmaculado de María, te ofrezco las oraciones, obras y trabajos del presente día, para reparar las ofensas que se te hacen y por las demás intenciones de tu sagra­do corazón, te las ofrezco en especial por las intensiones del apostolado para este mes. Amén.

OH JESÚS PONTÍFICE: Oh Jesús pontífice Eterno, de las almas, dígnate mi­rar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada, Señor, gemimos en la orfandad, danos vocaciones, danos sacerdotes santos, te lo pedimos por tu dulce y tierna madre María de la Merced, oh Señor, danos vocaciones según tu corazón. Amén.

ORACION POR LOS SACERDOTES: ¡Oh Jesús, Sacerdote Eterno!: Guarda a estos tus siervos en el recinto de tu corazón, donde nadie pueda hacerles daño alguno. Guarda inmaculadas sus manos consagradas que a diario tocan tu cuerpo sagrado. Guarda puros sus labios diariamente enrojecidos por tu preciosa sangre. Guarda sin mancha sus corazones sellados con el sublime carácter de tu sacerdocio. Haz que tu santo amor los cubra y libre del mal. Bendice sus traba­jos con frutos abundantes y sean las almas por ellos dirigidas y administradas, su consuelo y gozo aquí en la tierra y luego su hermosa corona en el cielo. Amén.

ORACION POR LA MAÑANA: Señor, me cuesta comenzar este día, porque sé que es una nueva tarea, un nuevo compromiso, un nuevo esfuerzo. Pero quiero comenzarlo con entusiasmo, con alegría reestrenada, con ilusión nueva. Sé que estas a mi lado, en mi familia, en mis amigos, en las cosas, en nuestra propia persona. ¡Gracias por este nuevo amanecer!, ¡Gracias por este nuevo empezar!, ¡Gracias por esta tu presencia!. Quiero sembrar paz, solidaridad, amor entre mis hermanos, y sé Señor, que esta tarea la comienzan cada día, muchos hermanos de cualquier punto de la tierra y esto me alienta y empuja. También te pido por ellos y Con ellos te digo: ¡Buenos días Señor!. Amén.


ORACIÓN DE LA NOCHE: Antes de que se  acabe el día, Creador de todas las cosas, te pido por tu gran misericordia que me guardes esta noche. Aparta lejos de mi todos los malos sueños y guárdame de todo pecado. Padre, vela por mi, Jesucristo, bendíceme, Espíritu Santo, quédate conmigo. Sálvame, Señor, despierto, protégeme mientras duermo para que despierte con Cristo y descan­se en paz. Amén.

CONTIGO VOY VIRGEN PURA: Contigo voy Virgen pura y, en tu poder voy confiado, pues yendo de ti amparado mi alma volverá segura. Dulce Madre no te alejes, tu vista de mi no apartes, ven conmigo a todas partes y nunca solo me dejes, y ya que me proteges como verdadera madre, haz que me bendi­ga el Padre, el Hijo y, el Espíritu Santo. Amén.

NOTA: Al finalizar las oraciones tradicionales se reza: Padre Nuestro... Ave María..-. Gloria...
V. Corazón de mi amable Salvador.
R. Haz que arda y crezca en ti mi amor.

V. Redentora de cautivos.
R. No permitas que mi alma caiga en esté día en la cautividad del pecado